Cuarto encuentro
Viernes 16 de Octubre de 2009
7.30hs.
Marisa y Analía llegan a la escuela cargadas con cuatro o cinco bolsas de materiales, en una se asoman largos tubos de cartón.
En la entrada del edificio, algunos de los alumnos de segundo año las reciben con un saludo y algunas preguntas dirigidas a Marisa acerca de la nueva maestra suplente… Marisa explica que ahora y por unos meses estará en otro rol para hacer los talleres de arte terapia de los viernes con Analía.
Suben al primer piso, cuando ingresan en la secretaría-biblioteca-depósito-dirección, el director dice que hay paro y que algunos docentes no van a venir, pero que el taller de arte terapia puede desarrollarse sin ningún problema.
Al entrar al aula, se ven menos chicos que de costumbre, hoy son 19.
Las arte terapeutas dividen al grupo en 5 subgrupos numerando, como siempre, a los chicos para que luego se reagrupen según el n º que les haya tocado en suerte.
Después de unos cuantos minutos los grupos están conformados y ubicados en un sector del aula.
Analía comienza a hablar de la actividad del día diciendo que van a trabajar en tres dimensiones, que harán una escultura. Pregunta al grupo si alguna vez hicieron una escultura, todos dicen que no. Analía explica brevemente cuales son las tres dimensiones del espacio y les dice que siguiendo la temática del encuentro pasado tendrán que construir una estructura en el espacio armándola a partir de tubos de cartón pegados con cinta de papel o atados con trapos o hilos.
Todos miran hacia delante en silencio y con caras lisas, tal vez debido al sueño de la mañana o por no comprender del todo la consigna.
Hoy está presente la maestra suplente, Analía la invita a repartir un puñado de trapos por grupo mientras con Marisa reparten el resto de los materiales.
Al recibir los tubos de cartón se observan distintas respuestas en los chicos, algunos juegan a “pegarse”, revolean los tubos, otros los observan sin comprender aún qué es lo que podrán hacer con ellos. Nicolás pregunta con cierto desconcierto si hoy no van a pintar. Analía dice que no, que hoy hay que armar una estructura en 3D.
Después de unos minutos, Marisa llama al orden para que se pongan a trabajar.
El primer problema con el que se encuentran los chicos es el sostén de la escultura, algunos lo resuelven pegando los apoyos a la mesa con cinta de papel, otros buscan el equilibrio ajustando las partes de la misma estructura. Algunos grupos no saben por donde empezar, hacen pruebas, las desarman o se desarman, vuelven a empezar.
El grupo donde se encuentra Oriel está haciendo una “Montaña rusa”, estos chicos han forrado los tubos con trapos generando franjas diagonales de distintos colores, y la estructura muestra un recorrido en espiral, o mejor, helicoidal.
El grupo de Mireya ha hecho una gran estructura que desde algún punto de vista tiene forma de corazón. Mireya dice: - “es un corazón hermoso hecho pelota”.
Por entre los tubos que arman la gran forma se ven hilos tendidos de un lado al otro a modo de red. Algún compañero de otro grupo ve este trabajo y dice que por ahí anduvo “Spiderman”. Andrea, que está en este grupo, llama en algún momento a su escultura: “tobogán de la muerte”.
El grupo de Piter está conformado solo por dos integrantes (algo ha pasado en el momento de la conformación de los grupos…) son los primeros en lograr un firme sostén para su escultura, lo hacen distribuyendo los tubos en forma de trípode y ajustando fuertemente las uniones con trapos anudados. En un momento está estructura toma forma de “cañón” y Analía se los dice, los chicos asienten diciendo que es un cañón para disparar al grupo de al lado al que está justamente apuntando.
Este otro grupo está haciendo una autopista a la que le agregan semáforos, tachos de basura y pretenden también agregar autos.
Como la actividad está generando buenos resultados y lo hacen rápidamente, Marisa propone sumar personajes y les enseña una manera muy sencilla de hacer “hombrecitos” con papeles de revistas. A todos les encanta la idea y se disponen a armar sus personajes.
El grupo de Mireya además de personajes empieza a poner carteles en medio de su estructura, dicen: “qué vas a ser cuando seas grande”, “mátese” (este está escrito muy suavemente en lápiz negro y luego de un rato lo sacan), en una de las partes más altas de la estructura dice: “mi mamá me mima”. Este grupo incorpora un personaje al que llaman “Negri” y tiene el pelo naranja como Marisa, a sus pies se lee un cartel que dice: “tengo los pelos de punta”. Marisa se ríe y pregunta por qué la han representado allá arriba como volando…
El grupo de Nicolás finalmente hace un perro. Habían pensado hacer una figura humana pero no lograron sostenerla ni ponerse de acuerdo… Transforman la “cabeza” que tenían en la de un perro con lengua roja colgando, largas orejas negras y unos grandes ojos celestes recortados de una revista. Ahora parecen estar conformes con su trabajo.
El cañón de Piter se ha transformado en “el hombre bala”. Muestra varios personajes en distintas actitudes: el que va a disparar, el que saldrá disparado, el “gigante” que sostiene toda la estructura, el chino que controla que todo salga bien. También armaron pólvora y balas. Se los ve muy entusiasmados con su trabajo.
Alfredo, el director de la escuela ha participado en parte del proceso creativo y es quien prácticamente coordina el cierre del taller. Va deteniéndose en cada mesa proponiendo que cada uno cuente al resto del grupo qué hicieron, los chicos hablan y se escuchan como nunca hasta ahora. Alfredo cuenta anécdotas y recuerdos sobre circos y montañas rusas que son los temas que van surgiendo a partir de los trabajos de los chicos. Marisa y Analía participan también con algunos comentarios y sensaciones. Todos analizamos y observamos detenidamente cada escultura ya que los trabajos presentan detalles, personajes, relatos muy interesantes que los autores tienen ganas de contar.
Marisa pregunta al grupo si esperaban llegar a estos resultados con estos materiales, todos dicen NO. Las coordinadoras del taller felicitan a los chicos.
Acuerdan entre todos en colocar las esculturas en un estante alto del aula, debido que son muy grandes y no podrán llevarlas a sus casas. Se guardan los materiales que sirven y se tiran los que ya no.
Despedida hasta el próximo encuentro.
En la entrada del edificio, algunos de los alumnos de segundo año las reciben con un saludo y algunas preguntas dirigidas a Marisa acerca de la nueva maestra suplente… Marisa explica que ahora y por unos meses estará en otro rol para hacer los talleres de arte terapia de los viernes con Analía.
Suben al primer piso, cuando ingresan en la secretaría-biblioteca-depósito-dirección, el director dice que hay paro y que algunos docentes no van a venir, pero que el taller de arte terapia puede desarrollarse sin ningún problema.
Al entrar al aula, se ven menos chicos que de costumbre, hoy son 19.
Las arte terapeutas dividen al grupo en 5 subgrupos numerando, como siempre, a los chicos para que luego se reagrupen según el n º que les haya tocado en suerte.
Después de unos cuantos minutos los grupos están conformados y ubicados en un sector del aula.
Analía comienza a hablar de la actividad del día diciendo que van a trabajar en tres dimensiones, que harán una escultura. Pregunta al grupo si alguna vez hicieron una escultura, todos dicen que no. Analía explica brevemente cuales son las tres dimensiones del espacio y les dice que siguiendo la temática del encuentro pasado tendrán que construir una estructura en el espacio armándola a partir de tubos de cartón pegados con cinta de papel o atados con trapos o hilos.
Todos miran hacia delante en silencio y con caras lisas, tal vez debido al sueño de la mañana o por no comprender del todo la consigna.
Hoy está presente la maestra suplente, Analía la invita a repartir un puñado de trapos por grupo mientras con Marisa reparten el resto de los materiales.
Al recibir los tubos de cartón se observan distintas respuestas en los chicos, algunos juegan a “pegarse”, revolean los tubos, otros los observan sin comprender aún qué es lo que podrán hacer con ellos. Nicolás pregunta con cierto desconcierto si hoy no van a pintar. Analía dice que no, que hoy hay que armar una estructura en 3D.
Después de unos minutos, Marisa llama al orden para que se pongan a trabajar.
El primer problema con el que se encuentran los chicos es el sostén de la escultura, algunos lo resuelven pegando los apoyos a la mesa con cinta de papel, otros buscan el equilibrio ajustando las partes de la misma estructura. Algunos grupos no saben por donde empezar, hacen pruebas, las desarman o se desarman, vuelven a empezar.
El grupo donde se encuentra Oriel está haciendo una “Montaña rusa”, estos chicos han forrado los tubos con trapos generando franjas diagonales de distintos colores, y la estructura muestra un recorrido en espiral, o mejor, helicoidal.
El grupo de Mireya ha hecho una gran estructura que desde algún punto de vista tiene forma de corazón. Mireya dice: - “es un corazón hermoso hecho pelota”.
Por entre los tubos que arman la gran forma se ven hilos tendidos de un lado al otro a modo de red. Algún compañero de otro grupo ve este trabajo y dice que por ahí anduvo “Spiderman”. Andrea, que está en este grupo, llama en algún momento a su escultura: “tobogán de la muerte”.
El grupo de Piter está conformado solo por dos integrantes (algo ha pasado en el momento de la conformación de los grupos…) son los primeros en lograr un firme sostén para su escultura, lo hacen distribuyendo los tubos en forma de trípode y ajustando fuertemente las uniones con trapos anudados. En un momento está estructura toma forma de “cañón” y Analía se los dice, los chicos asienten diciendo que es un cañón para disparar al grupo de al lado al que está justamente apuntando.
Este otro grupo está haciendo una autopista a la que le agregan semáforos, tachos de basura y pretenden también agregar autos.
Como la actividad está generando buenos resultados y lo hacen rápidamente, Marisa propone sumar personajes y les enseña una manera muy sencilla de hacer “hombrecitos” con papeles de revistas. A todos les encanta la idea y se disponen a armar sus personajes.
El grupo de Mireya además de personajes empieza a poner carteles en medio de su estructura, dicen: “qué vas a ser cuando seas grande”, “mátese” (este está escrito muy suavemente en lápiz negro y luego de un rato lo sacan), en una de las partes más altas de la estructura dice: “mi mamá me mima”. Este grupo incorpora un personaje al que llaman “Negri” y tiene el pelo naranja como Marisa, a sus pies se lee un cartel que dice: “tengo los pelos de punta”. Marisa se ríe y pregunta por qué la han representado allá arriba como volando…
El grupo de Nicolás finalmente hace un perro. Habían pensado hacer una figura humana pero no lograron sostenerla ni ponerse de acuerdo… Transforman la “cabeza” que tenían en la de un perro con lengua roja colgando, largas orejas negras y unos grandes ojos celestes recortados de una revista. Ahora parecen estar conformes con su trabajo.
El cañón de Piter se ha transformado en “el hombre bala”. Muestra varios personajes en distintas actitudes: el que va a disparar, el que saldrá disparado, el “gigante” que sostiene toda la estructura, el chino que controla que todo salga bien. También armaron pólvora y balas. Se los ve muy entusiasmados con su trabajo.
Alfredo, el director de la escuela ha participado en parte del proceso creativo y es quien prácticamente coordina el cierre del taller. Va deteniéndose en cada mesa proponiendo que cada uno cuente al resto del grupo qué hicieron, los chicos hablan y se escuchan como nunca hasta ahora. Alfredo cuenta anécdotas y recuerdos sobre circos y montañas rusas que son los temas que van surgiendo a partir de los trabajos de los chicos. Marisa y Analía participan también con algunos comentarios y sensaciones. Todos analizamos y observamos detenidamente cada escultura ya que los trabajos presentan detalles, personajes, relatos muy interesantes que los autores tienen ganas de contar.
Marisa pregunta al grupo si esperaban llegar a estos resultados con estos materiales, todos dicen NO. Las coordinadoras del taller felicitan a los chicos.
Acuerdan entre todos en colocar las esculturas en un estante alto del aula, debido que son muy grandes y no podrán llevarlas a sus casas. Se guardan los materiales que sirven y se tiran los que ya no.
Despedida hasta el próximo encuentro.
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